Demuéstrale al mundo lo que puedes hacer

Sé que te sientes mal ahora mismo. Tal vez has tenido un mal día en el trabajo o en la escuela o tal vez no obtuviste lo que querías porque era demasiado tarde. Quiero decir, todos hemos tenido días difíciles.

Supongo que es fácil decir “me rindo”. Pero lo curioso es que hablamos tanto y hacemos tan poco. Abandonamos tan fácilmente, pero olvidamos ponernos de pie. Estamos atrapados en la idea de que ningún problema va a ser más grande que el problema actual que tenemos. ¿Adivina qué? Hay más problemas en tu camino y no va a ser el último.

Nos damos por vencidos porque hemos estado aguantando por tanto tiempo, nos cansamos. Nos cansamos de las innumerables horas que hemos pasado nuestro esfuerzo en ciertas cosas, ciertas personas, pero recibimos tan poco.

A veces, nada.Es como si perdiéramos reconocimiento porque es lo único que nos mantiene fuertes y nos aferramos a esa franja de esperanza. Pero la verdad es que tenemos miedo. Tenemos miedo del hecho de que estamos siendo vulnerables a algo que ni siquiera debe ser parte de lo que somos. Es como no terminar una carrera sólo porque no estábamos en el primer lugar.

Claro, podemos llorar por ello y enfurruñarnos a lo largo del día, pero al final, te darás cuenta de que ya pasó y no hay nada que puedas hacer al respecto. Pensamos que no hay manera de resolver todos nuestros problemas, pero la hay. Siempre habrá una solución y si no hay ninguna, entonces encuentra una manera hasta que estés bien. Los problemas ocurren por una razón y es inevitable. No puedes impedir que entren en tu vida porque es una parte de lo que te hace ser humano.

Así que mientras vivas, todavía no te rindas. La única vez que te rindes es cuando estás muerto.

Así que por favor. Te estoy diciendo que trabajes en tu camino de regreso. Sonríe.

Demuéstrale al mundo lo que puedes hacer.